Las victimas somos todos

En este difícil y largo conflicto las razones y las causas les han servido a muchos para justificar lo que nadie con un mínimo de ética moral podría nunca utilizar como argumento para mantener semejante situación, sencillamente ninguna de estas victimas ni de un lado ni de otro tendrían que producirse.

El integrismo islámico le niega la existencia a un estado que llego a existir tiempo atrás y que en estos momentos conforman una identidad moderna y en la democracia, algo que es impensable en estos momentos en la gran mayoría de los países que lo rodean.

Los palestinos nunca conformaron una nación y nada tienen que ver con aquellos filisteos que como extranjeros se asentaron en aquellas tierras, es evidente que el integrismo utiliza a sus gentes para mantener su particular hegemonía religiosa sobre la zona siendo utilizados para lanzarlos y sacrificarlos en pos de sus particulares intereses religiosos y políticos.

La legitimidad de unos y otros es la misma que la de cualquier otro ser humano el de poder vivir en paz, el de ser reconocido y el de tener la oportunidad de seguir existiendo incluso como pueblo y nación allí donde se hayan constituido como pueblo.

A todos con un mínimo de ética moral nos conmueve que estas victimas inocentes se sigan produciendo en medio de un conflicto provocado, promovido y mantenido por muchos que dicen y proclaman abogar por los derechos de todos los seres humanos.

Si solo condenamos la desproporción de un gobierno en ejercer su legitima defensa e ignoramos y ocultamos las agresiones y las intenciones y propósitos del integrismo Islámico para seguir manteniendo el acoso mediático se estaría apoyando directa e indirectamente a que se produjeran mas victimas y que cualquier atisbo de poder solucionarse tendería a desvanecerse.

Sin duda hay que condenar y cuestionar las acciones con respecto a esa autodefensa que tantas victimas inocentes ha provocado pero también hay que condenar y en este caso es incuestionable las acciones terroristas dirigidas contra poblaciones civiles en Israel.

Da la impresión que en medio de este conflicto lo realmente difícil no es vivir sino convivir.